Casos de éxito en el reciclaje de plástico
El plástico está revolucionando la forma en cómo consumimos los productos de todos los días.
Con una tendencia más presente desde inicios de este siglo, antes de comprar algún artículo, o de consumir algún bien o servicio, queremos saber qué material fue utilizado y que sea lo más amigable posible con nuestro planeta.
En los últimos 20 años, varias generaciones crecieron alarmadas por la cantidad monumental de basura que se vierte en los océanos, por mencionar el lugar más visible y de mayor impacto.
Sin embargo, en los últimos años hemos presenciado (y provocado) un cambio de paradigma, que sustituye la alarma por la acción, por un consumo y generación responsables de plásticos.
Responsabilidad: ese es el objetivo que tienen en mente los siguientes casos de éxito de reciclaje en el plástico.
Son historias exitosas de marcas mundialmente conocidas que han entendido este cambio de visión en torno al plástico, y de marcas en crecimiento que han adoptado el reciclaje del plástico como una fortaleza en sus proyectos.
Reciclaje de lujo con plástico
El gigante de la industria de la moda, Tom Ford, ha lanzado este noviembre su reloj Ocean Plastic, que utiliza 35 botellas de plástico para su fabricación.
“El primer reloj de lujo hecho 100% de plástico del océano” dice su spot de lanzamiento en redes sociales.
Otro de los elementos reciclados del reloj Ocean Plastic es su packaging. Está demostrado que estos envoltorios y aditamentos de plástico son uno de los elementos más contaminantes.
¿Tienes $995 dólares? Puedes ir apartando tu Ocean Plastic Tom Ford para esta navidad.
Otra noticia importante hecha por Tom Ford es su “Tom Ford Plastic Innovation Prize”, convocatoria que premiará con un millón de dólares a proyectos que involucren iniciativas para implementar sustitutos a las bolsas de un solo uso.
Un ganador será seleccionado en el 2022 y para el 2025 la idea es llevar ese producto al mercado.
Como podemos constatar, estamos presenciando un nuevo momento en el que la industria de la moda y el reciclaje de plástico se están uniendo de una manera irreversible.
Sin embargo es importante, aparte de comprar o promover el uso de este tipo de accesorios, provocar un verdadero cambio en nuestros hábitos de consumo y reciclaje.
Pero Tom Ford no es la única marca, ni la primera en promover soluciones en el reciclaje de plásticos a nivel global.
Otro caso de este tipo es el de los “Premios Rolex a la iniciativa”, que desde 1976 han reconocido el espíritu emprendedor enfocándose en proyectos sobre todo filantrópicos.
En su edición 2019, Rolex premió a Miranda Wang de 26 años, que ha creado BioCellection, empresa dedicada al reciclaje químico de residuos plásticos de baja calidad.
Entre 2015 y 2019, ella y su amiga de la infancia y socia, Jeanny Yao habían conseguido ya un financiamiento de cinco millones de dólares para fundar BioCellection en Silicon Valley y echar a andar su proyecto.
De esta manera, Miranda y Jeanny se dedican a fabricar químicos industriales de alto valor, que buscan igualar rendimientos de plásticos actuales.
Los materiales reciclados se están utilizando principalmente en impresión 3D y en la manufactura de calzado.
Paso firme reciclando plástico
La industria del calzado utilizando reciclaje plásticos presenta numerosas iniciativas y esfuerzos, incluso habiendo ya una tendencia que a últimas fechas ha comenzado a despuntar en todo el mundo.
Una de nuestras historias favoritas es la marca española Bullfeet, startup que desde hace un año ha desarrollado una serie de tenis, botas y últimamente bolsos con plásticos reciclados.
Comenzaron solo reciclando PET y actualmente cuentan también con productos de plástico reciclado del océano y aleaciones con corcho reciclado.
El diseño de sus 16 modelos diferentes los ha posicionado como una marca audaz y comprometida en todo sentido con la satisfacción del consumidor.
Cada pieza de calzado hecha a mano tiene un número de serie que hace constatar su trazabilidad ecológica.
A su vez, toda su producción está libre de recursos animales para su fabricación.
De esta manera, se garantiza que todo lo producido sea biodegradable y dañe lo menos posible al medio ambiente.
Mención aparte merece el hecho de generar una economía circular sustentable, pudiendo cada calzado reconvertirse en nuevo calzado Bullfeet, o bien reincorporarse a otras cadenas productivas.
Bullfeet espera cerrar el 2020 con 10,000 unidades vendidas, permitiendo entrar a una segunda fase donde se busca expandir el mercado a Europa y Estados Unidos.
Las botas se venden a 119 euros y los sneakers a 99 euros.
“Camina sin dejar huella” se puede leer en su página acerca de la filosofía que rige la producción de Bullfeet.
Es necesario caminar sí, con la menor huella ecológica posible, pero caminar todos juntos.
El reciclaje del plástico es un esfuerzo colectivo que dará mejores frutos si industria y consumidores estamos en la misma sintonía, demandando y consumiendo nuevas formas de plástico.