Plásticos y medicina: ¿qué sigue después del Covid-19?
La pandemia Covid-19 nos ha resignificado cómo humanos y en cómo interactuamos con el mundo.
Y el plástico ha sabido adaptarse a estos tiempos de crisis gracias a varios factores: a su inocuidad o capacidad de no contaminarse fácilmente y esterilizarse de manera fácil; a su gran capacidad de producción y bajos costos, y a su gran resistencia y flexibilidad, entre varios criterios más.
En ese sentido, mencionábamos previamente como una de las tendencias en el mundo del plástico para este 2021 es la del uso del plástico en la medicina, teniendo mucho que aportar el plástico al mundo en tiempos difíciles como éste.
La importancia del plástico ha quedado expresa en la gran variedad y multiplicidad de herramientas, soluciones y objetos de plástico, que han salvado millones de vidas alrededor del mundo desde hace más de 30 años, y con mayor razón en estos 2 últimos años.
De esta manera, en este artículo hablaremos de los principales escenarios que afrontará el plástico, a medida que el Covid-19 si bien no termina, pero comienza a estabilizarse en ciertos lugares del mundo, sobre todo por la importancia de los inventos plásticos de la medicina.
Plásticos, protagonistas y salvavidas en la medicina en era del Covid-19
En menos de 2 años han pasado muchísimas cosas: desde el alza en las intervenciones quirúrgicas de cirugías estéticas, ante una mejor recuperación dado el trabajo en casa y el uso forzoso de mascarilla, hasta la crisis de cubrebocas en el principio de la pandemia: todo ello nos habla de casos donde el plástico es el protagonista y el puente para lograr cambios globales.
Desde esa trinchera, muchos han sido los esfuerzos de la industria privada, gobiernos, empresas, startups y gente diversa por ayudar y aprovechar la importancia del plástico ante el Covid-19.
Y es que el PVC, el polietileno (PE), el polipropileno (PP) y el poliestireno (PS), junto con policarbonatos, poliuretanos, el ABS y otras resinas tienen ya camino recorrido en la existencia de diversos objetivos, implementos o refacciones de insumos médicos.
Detengámonos brevemente en un quirófano o en un consultorio: jeringas, bolsas de sangre, gasas, catéteres, apósitos, guantes, mallas quirúrgicas y un largo etcétera está hecho de plástico.
Todo este universo de elementos de plástico asegura la asepsia o la limpieza a la que el ambiente médico está acostumbrado.
Algunos casos donde el plástico es sinónimo de seguridad
La impresión 3D ha encontrado en el plástico un aliado natural para traer más salud al mundo, adaptándose a la gran capacidad de producción que significa este tipo de impresión.
Un caso de ello, por ejemplo, es el del Centro de Innovación y Diseño (CEID) del CETYS en Baja California. Anteriormente en dicho centro se utilizaba este tipo de impresión para hacer partes de robótica, movilidad inteligente y otro tipo de aplicaciones científicas.
Pero a partir del Covid-19, se concentró el esfuerzo en hacer material de protección para el personal de hospitales en el estado.
Caretas, mascarillas y conectores para las mangueras de respiradores, han sido los principales usos que el CEID ha dado a este tipo de impresión.
Por otro lado, la impresión 3D tiene muchas aplicaciones para fabricar prótesis por ejemplo, teniendo resultados bastante positivos en trasplantes y otro tipo de intervenciones.
Plástico reciclado: clave para frenar la contaminación plástica de los hospitales
En varias partes del mundo se está generando conciencia acerca de los plásticos de un solo uso y su contaminación cada vez más presente.
Asociaciones como la Practice Greenhealth ha hecho estudios en 332 hospitales, donde instrumentos como cubetas quirúrgicas, así como vendas de esterilización pueden reutilizarse.
También en ese sentido se ha creado en Estados Unidos, la Healthcare Plastics Recycling Council, que ofrece incentivos a hospitales que se unan a programas de reciclaje.
Como podemos ver, ante este gran consumo plástico y habitación hospitalaria que supone una pandemia como la del Covid-19, es necesario pensar en esquemas de economía circular dentro de los hospitales.
Pero más importante será que este tipo de prácticas puedan instaurarse de manera global, en todo el mundo y con mecanismos de regulación y certificación correspondientes.
Lo que se busca evitar es que estos plásticos terminen en los vertederos, en los océanos o en los incineradores.
Entre la nueva y vieja normalidad: mayor cantidad de plástico
El regreso de las personas a las calles, con invitación a colocarse cubrebocas, derivará en una constante alza de este tipo de protección.
De allí que, como hemos visto anteriormente, ante la producción descontrolada de estos insumos de plástico, será necesario diseñar y ejecutar programas de reuso de esos plásticos.
Así como deberíamos reciclar en casa los plásticos por separado, debemos procurar e incentivar acciones que reciclen efectivamente esta producción plástica derivada del Covid-19 y buscar que estas acciones sean permanentes y no estacionales únicamente.
Esto aunado a la gran demanda que supone la sobrepoblación de los hospitales con enfermos de Covid-19, supone un gran problema que necesitamos seguir combatiendo.
La nueva normalidad y los nuevos plásticos
De esta manera, también seguirá habiendo un alza en elementos de plástico que frenen el esparcimiento del virus y su contagio.
Ejemplo de ello son las mamparas de PVC u otros plásticos, muchos de ellos especiales con algunas soluciones que atacan la vida microbiana y de los virus.
Si bien los tiempos de crisis son los mejores para aprender y corregir el camino, el camino del plástico ante un panorama en crisis debe ser caminado aún más responsablemente.
Necesitamos que los usuarios, los hospitales, industria pública y privada tomemos nuestra responsabilidad en todo momento, para aprovechar todas las bondades que el plástico siempre tendrá para nosotros.